El lunes pasado tuve mi revancha del restaurant lujoso, ya que en lugar de pagar una fortuna por seis piezas de sushi, esta vez fueron gratis y venían con gintonics gratis también. Nos invitaron a una despedida de no sé quién de la embajada norteamericana que fue en un bar divinísimo en el hotel Samrat. Fuimos con una chica del consulado y se nos pegó un húngaro medio denso pero ni modo que hicimos redistribución y cada uno se lo fumó un rato. Qué lindo que es comer y tomar cosas ricas y GRATY.
Desde que llegué que cuando ofrezco agua fría en botellita me la rechazan. No sabía por qué pero ya se develó el misterio. Mis alumnos no toman después de mí porque yo apoyo los labios en el pico de la botella y les da asco. Ellos se inclinan para atrás y vuelcan el agua directamente en la boca y así todos pueden tomar de una misma botella si no hay vaso. En cuanto a los cyclerickshaw pullers no aceptan el agua fría porque al estar haciendo esfuerzo físico bajo el rayo del sol y con temperaturas tan altas, el agua fría les da dolor de garganta, entonces sí o sí tienen que tomar agua a temperatura ambiente.
Hoy me enteré de que el viejito conductor de cyclerickshaw al que yo ayudaba se murió. No se sabe qué le pasó, por lo que me dijeron estaba sentado en el carro descansando y ya no despertó. La mayoría de los cyclerickshaw pullers comen, duermen y descansan en el carro del rickshaw. Lo alquilan por el día pero es más que el elemento de trabajo, es su casa también. Pregunté a Mamila por qué tan viejito y haciendo ese trabajo tan pesado y me dijo que eso pasa sólo cuando los hombres no tienen más remedio, porque si no sus hijos deberían reemplazarlos y ellos volver a su pueblo (generalmente son de zonas muy pobres como Bihar o Haryana). Efectivamente este hombre perdió a su familia a manos de los musulmanes que incendiaron su village hace unos años.
Anoche volviendo a casa en plena lluvia torrencial vi un caballo blanco todo cubierto de telas, collares y accesorios varios. Nada. Unas horas después empezó a tocar una banda súper fuerte a una cuadra de casa y bajamos los tres a ver qué pasaba. Estaba el caballo y unos ocho tipos con tambores y trompetas tocando frente a la casa de un vecino que a su vez estaba toda iluminada con guirnaldas de led. Los músicos tocaban mirando la puerta, como si esperaran la salida de alguien. A su lado estábamos los curiosos, sobre todo extranjeros que esperábamos ver qué pasaba. Nos avisaron que era, efectivamente, una boda y que el novio saldría en cualquier momento. Veinte minutos más tarde acercaron al caballo a la puerta de entrada y salió el novio todo emperifollado y sonriente. Saludó y se subió al caballo. Todo esto con la música de fondo que tenías que ser de piedra para no moverte. Los parientes y vecinos, también super lindos y felices, le dieron un plato lleno de maiz al caballo y empezaron a bailar totalmente sacados adelante del novio, guiándolos a un templo para que luego de unas oraciones terminen todos en la fiesta con la novia y demás parientes.
Nosotros nos volvimos a casa con una sonrisa de oreja a oreja, aquello fue muy entretenido.
Hoy fui a la escuela caminando y pasé por el mercado de Kotla, justo por la esquina donde aquella vez me quedé atónita con la vaca que paría y enchastraba de sangre a los puesteros. Me acuerdo y me muero de risa. Vestida occidental, con remera escotada y sandalias. Julia en el carrito. Cara de no entender nada. Incapaz de resolver, encontrar una dirección o hablar una palabra en hindi. Ahora ya ando como pancha por mi casa. Un mes pasó y ya soy tan distinta.